Es sencillo y muy antiguo. Se basa en tres pasos escalonados:
El silencio y la introspección del Aprendiz
Lo primero que aprende un iniciado en la Masonería es a callar. Durante su estancia en este primer escalón de Aprendiz está presente en todos los acontecimientos de la Logi para ver, observar, escuchar y meditar sobre el extenso simbolismo que se despliega delante de sus ojos –no habitual en su vida cotidiana– y sobre los comportamientos de sus hermanos más avanzados en este proceso. Y de todo ello saca conclusiones, aprehendiendo, aprendiendo. En el R.·.E.·.A.·.A.·. ese silencio interior se lleva también a la Logia y los aprendices no intervienen a no ser que se les pida. En el Rito Francés el Aprendiz no necesita estar en silencio en Logia, pero la labor de introspección, meditación y aprendizaje debe ser la misma.
La actividad del Compañero
Cuando ha acabado el periodo del silencio, el segundo escalón lleva al compañero, de forma simbólica y real, a viajar, a recorrer el mundo exterior, a visitar territorios, personas y circunstancias en los que probar la existencia del mundo silencioso y más oscuro que ha aprendido a distinguir en el grado de aprendiz. Y de todo ello saca conclusiones, aprehendiendo, aprendiendo, para luego, con esta recolección, volver a su logia a contar a sus hermanos los descubrimientos realizados.
El equilibrio del Maestro
En este escalón se reconoce que el francmasón ya ha transitado por el lado más oculto de la introspección y por el lado más claro de la explicación de las cosas que suceden en el mundo exterior; estas dos perspectivas han de ser conciliadas porque forman parte irremediable de la vida. Esta visión completa es la conciliación de los contrarios, la valoración positiva de lo interior y de lo exterior, de lo espiritual y de lo social: la visión total de un maestro cabal.
Qué se suele esperar del método masónico
No es infrecuente que, del método masónico, se esperen respuestas a inquietudes existenciales, espirituales o incluso religiosas. Tampoco es extraño que se espere una preparación para una actividad política o social.
Ambas actitudes, y otras similares, son erróneas, porque el método masónico no tiene ningún propósito distinto del desarrollo positivo de las personas, ni en las logias se dirige a nadie en ningún sentido filosófico, sea teórico o práctico.
Qué se suele encontrar en el método masónico
El método masónico no proporciona respuestas de ninguna clase: propicia una especie de preparación personal para que cada uno encuentre las respuestas a sus búsquedas.
Quien, en el silencio, ha aprendido, primero, a descubrir el esqueleto interno que soporta las realidades naturales; ha podido, después, reconocer este soporte en dichas realidades y, finalmente, ha aprendido a sintetizar el conjunto y ver su sentido,
se encontrará posiblemente en condiciones de acercarse al conocimiento de la realidad.